viernes, 28 de septiembre de 2007
La utopía del regreso persigue al observador.
Imposible mirar la escena desde afuera, imposible volver para contar porque no hay hacia dónde. Fundar una crónica con lo vivido : alejarse irremediablemente, forzar que el tiempo acelere hasta hacer, del futuro, una bomba marcada con nuestro nombre. En ese momento cuando se piensa en la mirada —que es ella la que ve lo que se ve—, un velo se interpone tanto para borronear la escena como para impedir el regreso —relato fiel.
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jueves, 23 de agosto de 2007
La elección frente a la soledad : manotazo en la niebla.
Marchar hacia la ausencia no es un acto voluntario : los presentes deciden por sus dejados de lado. Los ausentes, en cambio, nada más saben de su presencia en otra parte ; hablan solos porque no hay oídos que entiendan su lengua, hablan frente a extranjeros todo el tiempo. Estar en el margen : dolor anterior a la soledad puesto que debe ser administrado por los otros, por aquéllos que escuchan los mismos tambores sin pausa —y la pausa trae dolor, y el dolor demanda soledad.
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viernes, 17 de agosto de 2007
El lenguaje nos arroja claridad cegadora.
Condición para ser más de lo que somos en el mismo instante cuando lo deseamos, nos da la señal que nos diferencia de los animales, al tiempo que nos traza una frontera con lo que no fuimos ayer.
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miércoles, 1 de agosto de 2007
La definición de “continuidad” se ríe de nosotros.
Lo hace a nuestras espaldas para potenciar su placer. Nos han dicho que nuestros cambios son lentos, extremadamente lentos, tanto que, de un día para el otro, seguimos siendo los mismos ; así, lo hecho ayer puede ser mejorado hoy sin ningún tipo de contemplación por las pasiones dejadas tras la barrera de la noche. Sin embargo, hay aromas de muerte rondando nuestra confianza : nunca volveremos a ser los mismos, nunca escribiremos las mismas cosas, nunca daremos los mismos besos, jamás sabremos si la respuesta de hoy acabará con la pregunta de ayer.
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sábado, 28 de julio de 2007
Cada palabra no vale, necesariamente, por sí sola.
Cada palabra tiene un caos que resolver. Y otro que fundar. Activos y pasivos acaban de renunciar a la inocencia.
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sábado, 7 de julio de 2007
Cada explicación cubre.
Ensucia algunas veces, salva otras. Ampara, finalmente, de ojos interesados en lo ausente, de garras inclinadas a hurgar fuera de su nueva casa. Este esfuerzo por “echar luz” : hacia adentro con la condición de postergar otros enigmas ... ¿Existían antes? ¿O surgieron como parte de un inevitable equilibrio entre el cosmos y nuestra fantasía?
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domingo, 1 de julio de 2007
Explicar : cavar.
Podría ser un túnel, o una fosa —lo decide el hartazgo—. El camino se abre hacia adelante o hacia abajo, pero no es fácil la pregunta por aquello que se desplaza : la tierra, las rocas, los restos orgánicos, todo pequeño retazo de territorio que, lanzado hacia otro lugar, forma montículos dispersos no muy lejos de los nuevos huecos, y a merced del aire, de la luz, del viento solar.
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jueves, 28 de junio de 2007
Última palabra : mirada del futuro.
Ajena o propia, no indicará más que una anécdota.
El autor cede la última palabra ; obligándose a callar, muere con el punto final. Cada pensamiento, transformado en orden único de palabras, se habrá convertido, si la jornada ha sido buena, en una emoción.
El autor abre juego —en sentido de apuesta— frente a ojos que desconoce pero intenta imaginar, sabiendo que difícilmente obtendrá retumbo cabal a su pronóstico, ya que ni el éxito le servirá de medida.
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sábado, 23 de junio de 2007
Quien escribe el ensayo.
No más que otro personaje : montón de características que el autor quiere ser ; momento de la historia personal, dicho de contrabando.
Hoy, por ejemplo, en el último piso de casa, con las ventanas abiertas para permitir la entrada de la brisa, sufriendo el calor no por intenso sino por ser la única presencia en movimiento, intento saber, mientras escribo estas líneas, quién quedará para mañana, para ese mañana lejano del que, con suerte, darán cuenta mis nietos. Por la primera vez, luego de muchos meses, estoy aquí ; vale decir que soy una rareza dentro de mi propio fin de semana o, también, una extensión de aquél que interrumpiera su labor sin habérselo propuesto explícitamente. Para el resto de la familia, soy un recuerdo inusual (aunque más no fuera durante unas horas) ; para los posibles futuros lectores, soy una imagen borrosa dentro de sus fantasías, soy nada menos que estas mismas palabras que dicen hablar de mí.
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